No sé si será el color verde que tiene que me da buenas vibraciones cuando me lo pongo, el aire clásico de vestido camisero con ese punto elegante que le dan esos botones dorados y de perlas o ese vuelo tan divertido de la falda tableada.
Este vestido llevaba mi nombre. ¿Qué cómo lo sé? Porque llevaba esperándome en la tienda medio año y aunque sabía que comprarlo implicaba arreglarlo porque era unas cuantas tallas más grande que la mía, no me importó. ¿No os parece precioso?
A mí me tiene enamorada💗
Y aunque tiene una cita muy especial -dentro de un tiempo- no podía dejarlo sin usar en el armario. Era un pecado. Así que se vino conmigo al desfile de A Modiña, una pasarela creada por FECIMO para dar publicidad al comercio local de la comarca del Morrazo y que ya cuenta con la sexta edición y en la cual las tiendas locales nos muestran las colecciones de la próxima temporada. Pudimos ver tendencias como estampado de cuadros, faux fur, complementos e inclusive peinados dado que también se dan cita las peluquerías de la zona para mostrarnos las tendencias en maquillaje y pelo que se llevarán a lo largo de esta temporada invierno 2018-2019.
Y por supuesto, conocer o reencontrarme con bloggers a los que nos une un mismo hobby.
En cuanto a mi look, opté como os adelantaba por mi vestido verde vintage que combiné con mis sandalias estilo Gucci y un bolso en terciopelo también verde para darle protagonismo al vestido; y aderecé con joyas en el mismo tono dorado: unos pendientes de aro labrados de la marca Viceroy y un precioso reloj de esfera grande de Nowley. Como peinado opté siguiendo el estilo años cincuenta de la indumentaria por un recogido que recuerda a esa época y por un maquillaje en tonos entre beige, dorado y marrón.
Gracias a Antonio Portela por las fotografías y a Amodiña por contar conmigo un año más.
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